De los Palacios imperiales hay pocos restos. El primer palacio imperial, propiamente dicho, fue construido por el sucesor de Augusto, Tiberio. Es la Domus Tiberiana, situada en el ángulo sudeste del Palatino, de la que quedan grandes restos de paredones con pasadizos y galerias decorados con estucos de tipo helenístico.
Domus Tiberiana
Nerón edificó la descomunal Domus Aurea. Su nombre obedece al lujo en la decoración. Sería la residencia imperial en el Esquilino. El Emperador había viajado por el Asia y había congeniado con los grandes de aquellas lejanas provincias, pero los arquitectos de la Domus Aurea debieron ser romanos. Posiblemente Celer y Severus que no parecen traducción de nombres griegos. Su concepción arquitectónica era muy parecida a la posterior villa Adriana de Tívoli. De esta espléndida mansión se conserva algunos relieves.
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