En Roma, el de Arco de Tito, frente al Coliseo, aunque sencillo, se erigió para recordar la toma de Jerusalén, en el año 70 y como testimonio de las campañas de Tito en Asia.
Los arcos de Septimio Severo y Constantino constituían también otros hitos en la vía sacra por la que se desarrollaban los tumultuosos desfiles de los soldados portando el botín y conduciendo a los prisioneros hasta llegar al templo de Júpiter en el que los sacrificios rituales culminaban la fausta ceremonia.
Arco de Septimio Severo
Arco de Constantino
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