sábado, 17 de octubre de 2009

El coliseo


La necesidad de cerrar todo el espacio para celebraciones de espectáculos dio lugar al anfiteatro, que presenta una escena circular y una cavea continua más o menos redonda. Las plazas de toros españolas vienen a representar una imitación de aquellos edificios romanos. La cavea se dividía como en los teatros, en tres anillos circulares y se llamaba inma, media, y summa cavea. El anfitestro es quizás el tipo de arquitectura civil más característico de los romanos. Destinado a las luchas de gladiadores y a la caza de fieras, en ellos se realizaban sangrientos espectáculos públicos, especialmente en la época paleocristiana. Unos y otros venían de todas las partes del mundo sometido a Roma, y era esto lo que le confería a aquellos espectáculos su sentido triunfalista, símbolo de la grandeza imperial. De ahí la casi identificación de Roma con el Coliseo o Anfiteatro Flavio. Surgió en el centro del valle situado entre los cerros Palatino, Celio y Esquilino. Comenzado en el siglo I por Vespasiano, fue inaugurado por Tito en el año 80 y restaurado por Septimio Severo. 




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